Las novelas y los cuentos tienen varios elementos en común. La gran diferencia entre ellos es la extensión: las novelas son más largas que los cuentos, ya que en general tienen entre 60.000 y 200.000 palabras, incluyen más personajes, más descripciones y una historia más complicada e intensa que un cuento. Por eso, la mayoría de las novelas están divididas en capítulos y pueden narrarse directamente o elegir un personaje que, con más o menos protagonismo, vaya contando la historia desde adentro. Existen tres tipos diferentes narrador, y nos damos cuenta de cuál es por lo que sabe y por la persona gramatical en la que cuenta la historia. Cada narrador tiene un enfoque diferente:
- Narrador protagonista: el narrador cuenta una experiencia propia y habla en primera persona.
- Narrador testigo: el narrador cuenta lo que le pasó a otro. También hablará en primera persona, pero sabrá mucho menos que el personaje, pues habla de algo que no vivió y le faltan datos.
- Narrador omnisciente: es el narrador que sabe todo lo que hacen, sienten y piensan todos los personajes. Por eso habla en tercera persona.
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