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Información general
Tipo de documento Cartilla de orientación pedagógica
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Titulo del documento La literatura en la educación inicial
Autor (es) Ministerio de Educación Nacional (MEN)
Publicación Serie de orientaciones pedagógicas para la educación inicial en el marco de la atención integral
Unidad patrocinante Convenio de Asociación 529 de 2013. Alianza Público Privada de Impulso y Sostenibilidad de la Política Pública de Primera Infancia.
Ciudad y año Bogotá, 2014
Palabras claves Primera infancia, literatura, literatura bebés, literatura niños y niñas, recomendaciones literarias, mundo simbólico, tradición oral, juegos tradicionales, música tradicional, poesía
Descripción
El documento hace parte de la serie de orientaciones pedagógicas para la educación inicial. Desarrolla una línea técnica compuesta por doce referentes en el marco de la atención integral. Este documento busca acercarse al mundo de lo literario a partir de las construcciones que realiza cada territorio desde la memoria individual y la memoria colectiva e individual, que van reafirmando el presente a través de las historias del pasado y permiten reavivar las experiencias de la comunidad. La idea fundamental es que los maestros y maestras introduzcan a los niños y niñas a este mundo simbólico por medio del cual se puedan expresar, comunicar, conocer y construir la historia.
Fuentes
Veinticinco fuentes bibliográficas
Contenidos
El documento se divide en tres apartados:

  • El lugar de la literatura en la educación inicial: explica la importancia del lenguaje en la configuración del ser humano, puesto que se nutre constantemente de palabras y símbolos. El lenguaje es la capacidad de comunicación y simbolización. La lengua (oral y escrita) es un sistema de signos verbales compartidos por una comunidad, y la literatura es el arte que expresa la particularidad humana a través de las palabras (p. 13). Se establece que la literatura de la primera infancia no abarca solo libros; también hay creaciones y manifestaciones de la experiencia a través de la lengua escrita, oral y pictórica, que permiten la intelectualidad y el diálogo entre culturas para construir la propia identidad. En el lenguaje pueden encontrarse dos puntos: la lengua fáctica utilizada en la cotidianidad para los usos prácticos como ofrecer y entender instrucciones breves; y la lengua literaria que toma formas variadas, las cuales permiten tomar contacto «con las posibilidades literarias que ofrece la lengua para dar sentido e ilación a la experiencia» (p. 15). Esta última permite la familiaridad con la cultura, el conocimiento, la investigación y la imaginación que se manifiestan con la oralidad. La escritura ofrece herramientas que permite organizar esta oralidad y comunicarla. La construcción de esta escritura debe ir de la mano con estrategias que ofrezcan las mismas comunidades donde se va generando; por lo tanto, todos los agentes educativos, incluidos la familia de los niños y niñas, deben ofrecer todas las posibilidades para que estos logren acceder al lenguaje en todas sus formas, y «acceder al lenguaje en la primera infancia, más que enseñar palabras, es construir los significados de la cultura y es justamente en ese punto donde la poética se convierte en un acto político al acercar los libros, la tradición oral y la cultura a todos los escenarios de la educación inicial»(p. 16).
  • Propuestas para vivir la literatura en la educación inicial: es un repositorio de libros y otros materiales de lectura para la primera infancia. Se encuentran organizados en los siguientes géneros:

-Poesía: para primera infancia, son las creaciones que juegan con la sonoridad y la resonancia de las palabras. «La tradición oral es la primera fuente poética: los arrullos, las canciones, los cuentos corporales, las rondas, las coplas y todo el repertorio que se transmite de voz a voz, que ha circulado de generación en generación que recuerdan los adultos, sin importar sus niveles de lectura» (p. 20).
– Narrativa: figuran leyendas de tradición oral, relatos reales o fantásticos, novelas y cuentos breves infantiles.
– Libros de imágenes: en la literatura infantil, la ilustración es de suma importancia. En los bebés, el centro son las imágenes desde donde pueden experimentar diferentes sensaciones. También están los libros-álbum, que relacionan el texto y la ilustración y, a la vez, permiten interpretar, explorar y experimentar todo el universo de las artes visuales.
– Libros informativos: son importantes pues ofrecen diversos campos del conocimiento y temas de interés para los niños y niñas (los animales domésticos y salvajes, los dinosaurios, los territorios, etc.). Los juegos y las rondas conjugan palabras y movimientos, siendo por excelencia un insumo dela educación literaria.

Esta reserva de libros debe estar a la mano de los niños y las niñas, y ellos deben poder contar con adultos que les lean para darles a conocerle los libros y permitirles reflexionar espontáneamente sobre ellos. El adulto debe darle sentido a dicha lectura, dado que el niño también lee la voz y las emociones que él o ella van generando a través de la narración. «Los adultos son el modelo para apropiarse de las complejidades de la lengua materna: sus tonos, sus encadenamientos y los nuevos vocablos que suscitan múltiples interpretaciones les proporcionan una experiencia auditiva que ayuda a sentir y a “pensar” en el funcionamiento del lenguaje mediante la posibilidad de desbaratar, recomponer y jugar con las palabras» (p. 23).

Para desarrollar e incentivar el gusto y habilidades de lectura, es importante que el adulto se forme y promueva su propia lectura. La lectura en la primera infancia es esencial sobre todo en el «acompañamiento emocional, demostración de las posibilidades simbólicas de los libros y estímulo para la curiosidad y el vínculo afectivo» (p. 25). En cuanto a los espacios y el tiempo para la lectura, el texto propone algunos criterios básicos que puede inspirar algunas propuestas pedagógicas: a) Es necesario que los libros estén disponibles para todos los niños y niñas y ordenados de manera acogedora, con la altura necesaria, cambiante y flexible, que tenga en cuenta el contexto. Estas situaciones fomentan la lectura espontánea. Por ello, el adulto no debe restringir el acceso a los libros; b) Los niños y niñas deben gozar de tiempo para la lectura libre, donde el maestro y maestra acompañen y «estén ahí» sin dirigir, simplemente dejándolos leer a su manera. Hay multiplicidad de formas de leer; por ejemplo, la lectura uno a uno, grupal, del docente en voz alta a varios niños y la posibilidad del préstamo de libros para que los padres puedan acercarse a este mundo junto a sus hijos; c) Organizar un tiempo específico para la lectura a viva voz de cuentos es importante, pues así se va desarrollando la escucha atenta, se comparten emociones y aventuras con los otros, y se incorporan nuevas palabras a su diccionario mental. Es necesario fomentar y respetar los comentarios al final de la lectura, no a modo de calificación, sino más bien de tal manera que permita manifestar las emociones y sensaciones suscitadas por dicha lectura. Es necesario también respetar los silencios que estas generen.

  • La última sección es la ruta de posibilidades literarias para crecer leyendo. Se dirige (sin ser un esquema impuesto) a las posibilidades literarias que se sirve de las edades como referente. En cuanto al lenguaje del bebé, su llanto se convierte en la primera manera de comunicación, dado que logra la atención de los seres cercanos para ser cuidado tanto en lo fisiológico como en lo emocional. Los adultos ofrecen al bebé la base necesaria para atribuir sentidos al llanto (hambre, sueño, malestar, etc.), lo que permite ampliar la interacción social (sonrisas, contacto visual y posteriormente el balbuceo) que va a dar forma al habla. El adulto tienen un rol fundamental en la estimulación de la comunicación a través de palabras, rondas, juegos, etc.

Después del primer año se inicia la exploración en el mundo en el que pueden leer elementos faciales y reconocer emociones; asimilar la permanencia de los objetos fuera de su vista; señalar personas y cosas, etc. La maduración de su sistema articulatorio le va permitiendo desarrollar las primeras palabras después de un largo proceso, así como el descubrimiento de imágenes que «representan la realidad». De allí la importancia de la lectura cotidiana que debe hacer el adulto al niño o niña. «Más allá de las posibilidades cognitivas que todo ello supone, es importante valorar el profundo contenido emocional que circula entre las páginas y que inaugura esa experiencia cultural de compartir el material de la intersubjetividad. Conversar alrededor de los libros, compartir la risa, la sorpresa, el miedo, la tristeza o la felicidad; leer y escenificar, en la voz y en las expresiones del rostro, lo que expresan los cuentos y los poemas es una experiencia afectiva reveladora que muestra cómo el adulto siente las emociones de la lectura, y esto permite a las niñas y a los niños conectarse con las suyas, expresarse, descifrarse y sentir empatía» (p. 35).

Posteriormente se abre la posibilidad de la exploración de mundos imaginarios donde se evidencian «grandes retos cognitivos, sociales y comunicativos […y se] presenta una gran explotación lingüística» (p. 36). Para el tercer año, se inicia el proceso de interiorización de las normas de convivencia que regulan su vida dentro de una comunidad, así como el juego simbólico y la interacción con los otros, la pertenencia a un grupo con el que resuelven problemas, son cómplices, solidarios, etc. Proporcionar a los niños y niñas libros-álbum informativos es de gran utilidad, en la medida en que pueden ir resolviendo las dudas suscitadas en su cotidianidad.

Recomendaciones
Elaborado por: Equipo de Investigación de la Fundación Transformemos
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